En la primera aparición, sobre un arbusto, surgió un relámpago y a continuación vieron una figura «de una Señora vestida de blanco, más brillante que el sol, reluciendo más clara e intensa que un vaso de cristal lleno de agua cristalina, atravesado por los rayos de sol más ardientes».

La Virgen insistió a los pastorcitos en la importancia del rezo del rosario para la conversión de los pecadores y del mundo entero. También les pidió la construcción de una capilla en el lugar, base del actual Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, que recibe anualmente cuatro millones de Peregrinos.

En el tiempo que sucedieron las apariciones, la Virgen realizó varias profecías, recomendaciones y entregó tres mensajes a Lucía (conocidos como los tres secretos de Fátima). Los dos primeros secretos tratan sobre la visión del infierno, el anunció de una futura guerra, la petición de la Santísima Virgen sobre la Consagración de Rusia (como condición para la paz mundial) y la práctica de la comunión de los primeros sábados.

El texto del tercer misterio se mantuvo en secreto por muchos años y fue revelado por el Papa San Juan Pablo II el 26 de junio de 2000 precisamente en Fátima.

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