Sinopsis del CD de música:
CON ÉL AL FIESTA EMPEZÓ
(AIN KAREM)
Con la entrega de la vida de Jesús, triunfó la Vida sobre la muerte, el Amor venció al odio… Jesús se nos regala como el Hijo de Dios, nos trae la salvación, transforma el llanto y el duelo en Amor y Esperanza. Todo es reconciliado en Él. Por la fe de Jesús somos creaturas nuevas, invitadas a vivir con Él y como Él, haciéndonos hijas en el Hijo, hermanas y discípulas. Viviendo al amparo de Su Amor celebramos la Vida que de Dios recibimos y nos sabemos invitadas a la Fiesta de Dios, que es nuestra fiesta. ¡Con Él la Fiesta empezó!
Canciones incluidas en el CD:
1.Dios fiel
2.Hambre y sed de Ti
3.Confianza
4.Talita kum
5.Pan compartido
6.Gloria Trinitario
7.A Ti
8.Tú lo sabes
9.Caná
10.¡Ánimo!, soy yo
11.Santo
12.La mujer del perfume
13.Para estar contigo
14.Samaritano
15.No hay fronteras
Sobre el grupo:
AIN KAREM
Ain Karem es un proyecto de evangelización de las HH Carmelitas de la Caridad Vedruna, que surgió en el año 2000 con el objetivo de anunciar la Buena Noticia de Jesús, el Señor, a los más jóvenes.
El punto de partida fue una experiencia, la alegría de cantar a Dios, la maravilla de poder anunciar a través de nuestras voces y guitarras aquello que habitaba en lo más profundo de nosotras, las posibilidades inmensas que tiene un lenguaje como la música para poder expresar lo que a veces con las palabras no podemos o no sabemos, un lenguaje que conecta con algo que ya está dentro de la persona.
Por ello, la seña de identidad de este proyecto ha sido y es CANTAR LA PALABRA, y ser, de este modo, una mediación para la oración, para el encuentro con el Autor de todo lo creado.
¿Por qué el nombre de Ain Karem?
Ain Karem es el nombre del pueblo en el que la Tradición sitúa este encuentro entre María e Isabel. Allí tuvo lugar la Visitación, después de que ambas mujeres hubieran sido “visitadas” por Dios e invitadas a participar en su Proyecto de Salvación. Cuando María se encuentra con Isabel, las dos se saben embarazadas, llenas de Vida, y en un abrazo comparten su alegría, dan a gracias a Dios juntas y, gozosas, entonan cantos. Es este el momento en el que María proclama su Magnificat.
Tomamos este icono como referencia, pues la razón que nos lleva a componer y cantar puede acercarse, de alguna manera, a lo que debieron experimentar María e Isabel… ¿cómo no alzar nuestra voz y entonar cantos de alabanza a este Dios que se hace carne, que nos “habita” y salva? ¿A este Dios que nos manifiesta su inmenso Amor haciéndose pequeño entre los pequeños?…